Pies y embarazo: cambios y problemas frecuentes
Una mujer embarazada sufre muchos cambios en su cuerpo durante los meses de embarazo. Una de las partes afectadas son los pies, que durante el embarazo suelen sufrir algunos problemas en función de la etapa de gestación.
Aunque cada embarazo y cada mujer es diferente, hablaremos de manera generalizada de los típicos problemas que le suceden a las mujeres embarazadas en el segundo y tercer trimestre del embarazo.
Problemas en pies durante el embarazo
Hinchazón
La retención de líquidos hace que los pies y tobillos se hinchen. Aparecen así los edemas o inflamaciones porque parte del cuerpo está cambiando y el aumento del útero, junto con el peso del bebé, hace que el retorno venoso se vea aminorado.
Para evitar esta inflamación recomendamos que se beba agua a lo largo del día, se evite el consumo de sal y se den pequeños paseos para facilitar la circulación.
Cuando se esté en casa es recomendable poner los pies en alto para favorecer ese retorno venoso que hemos comentado antes que se ve disminuido por el crecimiento del útero y el peso del bebé. Si se sienten molestias por los posibles edemas, aconsejamos realizar baños de contraste con agua fría durante 2 minutos y, a continuación, con agua caliente, durante otros dos minutos. Es necesario realizar varias repeticiones hasta que se sienta un poco de alivio.
Uñas encarnadas
Debido a los edemas es posible que se presenten en los pies las famosas uñas encarnadas. A lo largo del embarazo y, sobre todo, en la última etapa de la gestación, es muy complicado para la mujer embarazada poder cortarse las uñas o realizarse autoquiropodias, por lo que es recomendable acudir al podólogo para que haga un correcto corte de uñas y evitar la posible aparición de la uña encarnada.
Ensanchamiento de los pies en el embarazo
Al aumentar de peso hace que los pies se adapten a la situación que tenemos en ese momento, por lo que probablemente se aumente la talla del calzado en una o dos tallas. Esto se debe a que el centro de gravedad debe adaptarse al nuevo peso. Otra de las razones es la generación de la hormona Relaxina que hace que los ligamentos del cuerpo se relajen a la espera del nacimiento del bebé, entre ellos, los ligamentos de los pies. Este ensanchamiento afectará también a los tobillos y rodillas.
Para controlar este aumento de tamaño de los pies es importante buscar un calzado cómodo.
Aplanamiento del pie durante el embarazo
Debido al peso comentado anteriormente, la bóveda plantar tiende a bajar haciendo que se convierta en una marcha pronadora. Esto puede acarrear que la embarazada termine teniendo una fascitis plantar y entonces se presenten dolores en la planta del pie.
En el caso de que ocurra la fascitis plantar, es importante acudir al podólogo para que realice un estudio de la pisada y, si lo considera necesario, la personalización de unas plantillas.
Sequedad en los pies
La dermis se torna más seca a nivel general y esto afecta también a los pies, que pueden presentar grietas o heridas, por lo que es importante mantenerlos hidratados. Para ello, recomendamos el uso de cremas hidratantes específicas para los pies y no olvidar que hay que beber agua, pues produce beneficios a nivel general.
En Clínica Montaño Herrera podemos ayudarte durante todo el periodo de gestación a tener una correcta prevención, evitar molestias o lesiones que puedan ir a peor con el paso del tiempo.
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