Microbiota intestinal: el ecosistema invisible que cuida tu salud

En los últimos años se ha hablado mucho de la microbiota intestinal y de su papel en nuestra salud. No es casualidad: este conjunto de microorganismos que habita en nuestro intestino influye en procesos tan importantes como la digestión, la absorción de nutrientes, el sistema inmunitario e incluso nuestro estado de ánimo.
En Clínica Montaño Herrera, en Herrera, lo vemos a diario: cuando la microbiota está equilibrada, el bienestar mejora. Cuando se altera, aparecen problemas que van desde molestias digestivas hasta mayor predisposición a ciertas enfermedades.
¿Qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal está formada por millones de bacterias, virus y hongos que conviven de manera simbiótica con nosotros. Es como un ecosistema interno que se desarrolla desde el nacimiento y evoluciona a lo largo de la vida.
No hay dos microbiotas iguales: cada persona tiene una composición única, influida por la alimentación, el entorno y los hábitos de vida, entre otros factores.
Es importante diferenciar entre microbiota y microbioma: la primera hace referencia a los microorganismos en sí, mientras que el segundo engloba también su material genético.
Funciones clave de la microbiota
Aunque no podamos verla, la microbiota cumple funciones vitales:
- Digestión y metabolismo: ayuda a descomponer alimentos y absorber nutrientes.
- Producción de vitaminas: como la K y algunas del grupo B.
- Defensa inmunitaria: actúa como barrera frente a bacterias dañinas.
- Regulación del estado de ánimo: a través del eje intestino-cerebro, influye en neurotransmisores como la serotonina.
Factores que alteran el equilibrio
El equilibrio de la microbiota es frágil. Una dieta llena de ultraprocesados, el consumo frecuente de antibióticos, el estrés, la falta de sueño o el sedentarismo pueden provocar un desequilibrio conocido como disbiosis. Esta alteración se manifiesta en síntomas como hinchazón abdominal, gases, diarrea, estreñimiento o digestiones pesadas. A largo plazo, la disbiosis puede favorecer el desarrollo de obesidad, intolerancias alimentarias o enfermedades autoinmunes.
Cómo cuidar la microbiota con la alimentación
La buena noticia es que podemos influir directamente en nuestra microbiota a través de la dieta y los hábitos de vida:
- Alimentos prebióticos: frutas, verduras, legumbres y cereales integrales que sirven de “alimento” para las bacterias beneficiosas.
- Alimentos probióticos: yogur natural, kéfir, chucrut, kombucha, miso, encurtidos (alimentos fermentados), que aportan bacterias vivas con efecto positivo.
- Hidratación y ejercicio: el agua y la actividad física regular ayudan a mantener el tránsito intestinal saludable.
- Reducir ultraprocesados y azúcares añadidos: favorecen la proliferación de bacterias poco beneficiosas.
Microbiota y nutrición personalizada
Cada vez más investigaciones apuntan a que la composición de la microbiota podría servir como guía para una nutrición personalizada.
La microbiota intestinal es mucho más que un conjunto de bacterias: es un órgano invisible que condiciona nuestra salud física y emocional. Cuidarla empieza en la mesa y en nuestros hábitos cotidianos, pero también requiere acompañamiento profesional.
En Clínica Montaño Herrera, en Herrera, Andrea Díaz, Dietista-Nutricionista, te ayuda a mejorar tu alimentación y a recuperar el equilibrio de tu microbiota con planes nutricionales personalizados y realistas.
Pide tu cita con nosotros y empieza a cuidar tu salud desde dentro.